Semana de las familias

13 al 19 de octubre: Semana de las familias

Queridas instituciones educativas:
En el marco de la semana de las familias, que se desarrolla entre el 13 y el 19 de octubre, queremos invitarlas e invitarlos a reflexionar sobre la importancia del trabajo junto a las familias en la formación y acompañamiento integral de niñas, niños y adolescentes, particularmente en lo que respecta a la Educación Sexual Integral (ESI).
Desde la Dirección de Educación Sexual Integral entendemos que este trabajo es una tarea colectiva que implica el compromiso entre las instituciones escolares y las familias. Esta articulación es fundamental para garantizar trayectorias educativas integrales, respetuosas y con sentido para cada estudiante.
La ESI, como parte constitutiva del derecho a la educación, debe ser abordada de manera transversal y continua en todos los niveles y modalidades, promoviendo el respeto, el cuidado, la igualdad, la libertad y la solidaridad. En este proceso, resulta indispensable incluir a las familias como aliadas, generando puentes, intercambio de saberes y miradas, y estrategias comunes que fortalezcan el acompañamiento a las trayectorias escolares y vitales de niñas, niños y adolescentes.
Como derecho de niñas, niños y adolescentes, la ESI encuentra un terreno fértil cuando escuela y
familias trabajan en corresponsabilidad. En este sentido, es clave comprender que las familias —en su enorme diversidad de conformaciones y trayectorias— constituyen el primer espacio de
socialización y afectividad para cada estudiante. La contención afectiva, el cuidado cotidiano y la
transmisión cultural son dimensiones que la escuela puede recuperar y acompañar, desde una
perspectiva que no pretenda reemplazar, sino más bien dialogar con esos saberes y experiencias
familiares.
Reconocer la importancia de las familias es un acto de justicia y respeto y, también, una oportunidad pedagógica. Revalorizar las distintas expresiones de afecto presentes en cada configuración familiar es también una manera de alojar, cuidar y enseñar desde la ESI. La semana de las familias nos invita a re-mirarnos, re-pensarnos, como instituciones en distintas dimensiones. En este sentido, reconociendo que la ESI puede ingresar a las escuelas desde distintas “puertas de entrada”, compartimos a continuación algunas preguntas para seguir pensando y construyendo la forma en que abordamos los vínculos entre familias y escuelas.


Cada docente llega a la escuela con una historia propia de vínculos y afectos, marcada por
experiencias familiares, culturales y sociales que influyen en la manera en que comprendemos,
mostramos y recibimos el cariño, el cuidado y el respeto. En la escuela, esas trayectorias se
entrelazan con las de las y los estudiantes y sus familias, generando encuentros, aprendizajes y
también desafíos.
La ESI nos invita a reconocer que los afectos se manifiestan de muchas maneras: en palabras,
gestos, silencios o modos de cuidar que varían según las historias y las culturas. Ampliar nuestra
mirada sobre esa diversidad nos ayuda a evitar juicios o interpretaciones sesgadas, y a construir
vínculos pedagógicos sensibles y respetuosos, donde todas las formas respetuosas de expresar el afecto tengan valor y reconocimiento.
Reflexionar sobre nuestro propio posicionamiento permite fortalecer prácticas docentes que
acompañen desde la empatía, el cuidado y la valoración de la diversidad familiar y afectiva presente en la escuela.
¿Qué aprendimos sobre cómo se expresan los afectos en nuestras historias familiares y cómo eso influye en nuestros vínculos escolares? ¿Qué distintas formas de manifestar el afecto observamos en las familias y cómo las interpretamos? ¿De qué manera podemos reconocer y valorar expresiones de cariño que sean diferentes a las que nos resultan habituales? ¿Qué gestos, palabras o actitudes de la escuela comunican cuidado y respeto hacia todas las familias?


Las prácticas, rituales, normas, regulaciones de las instituciones pueden reproducir sentidos
tradicionales en torno a los modelos familiares y formas de crianza. Es preciso entonces revisar estas formas de organización desde el enfoque de derechos, género y diversidad propios de la ESI para que reflejen una concepción inclusiva de las familias.
¿Qué canales utilizamos para comunicarnos con las familias de las y los estudiantes? ¿Las
comunicaciones institucionales contemplan que puede haber más de una persona adulta referente afectiva o legal por estudiante? ¿Las planillas, comunicaciones y fichas institucionales permiten informar más de un tipo de referente afectivo/legal? ¿Cómo nombramos a las y los referentes familiares cuando nos dirigimos a ellas y ellos? ¿Convocamos a las familias desde un lenguaje que incluya (“personas adultas referentes”, “quienes acompañan tu crianza”) o desde fórmulas tradicionales (“mamá y papá”)? ¿Garantizamos que todas las familias se sientan convocadas y representadas en las decisiones escolares? ¿Existen espacios institucionales para trabajar de manera explícita la inclusión de todas las familias? ¿O solo aparece cuando surge un conflicto? ¿Respetamos el derecho de niñas, niños y adolescentes a que su configuración familiar sea reconocida sin cuestionamientos?


Muchas veces ocurren situaciones que trastocan la vida escolar que se presentan como demandas de respuestas y ponen en juego nuestras creencias y saberes como así también el vínculo con las familias. Frente a una situación que irrumpe, la forma en que nos comunicamos con las personas adultas responsables es clave:
¿Convocamos a las familias solo cuando hay una problemática? ¿Lo hacemos desde la alarma o
desde el acompañamiento? ¿Desde la sanción o desde la escucha activa? ¿Cómo podemos fortalecer la confianza de las familias para comprender que la escuela no juzga, sino que cuida y acompaña? ¿Podemos hacer de esta situación una oportunidad para fortalecer el vínculo escuela-familia?


El diseño curricular de cada nivel educativo ofrece múltiples oportunidades para abordar la
diversidad familiar desde un enfoque de derechos, pero muchas veces estas posibilidades pueden quedar invisibilizadas por prácticas rutinarias, recursos desactualizados o ejemplos estereotipados.
Pensar la inclusión de las familias en nuestras propuestas pedagógicas también es revisar con qué materiales enseñamos, qué historias contamos, qué cuerpos y qué formas de amar y cuidar están presentes… y cuáles no.
¿Qué imágenes, cuentos o ejemplos usamos cuando hablamos de “familia”? ¿Los textos escolares
que usamos representan distintas configuraciones familiares? ¿Qué modelos de familia aparecen
representados en nuestras propuestas pedagógicas? ¿Cuáles quedan invisibilizados? ¿Cómo
podemos incorporarlos?


Construir un vínculo genuino y sostenido entre escuela y familias implica dejar atrás enfoques
unilaterales o centrados únicamente en requerimientos formales, para avanzar hacia relaciones
basadas en el diálogo, la escucha activa y el respeto mutuo. Reconocer los saberes que circulan en las familias, abrir espacios de participación real y alojar las diferentes realidades materiales y
afectivas es una forma concreta de garantizar el derecho a la ESI y de construir comunidad
educativa. ¿Qué estrategias construimos para fortalecer el vínculo entre escuela y familias desde el reconocimiento mutuo y la escucha activa? ¿Cómo acompañamos situaciones donde una familia atraviesa contextos de vulnerabilidad emocional o material? ¿La escuela funciona como espacio de escucha para las familias que necesitan apoyo, o solo como lugar de demanda? ¿Qué espacios habilitamos para que las familias compartan experiencias afectivas positivas con la escuela?

En este recorrido, es importante comprender que invitar a las familias a formar parte de la vida
escolar no se reduce a su presencia en actos o reuniones formales. Implica construir propuestas,
ofrecer espacios de encuentro reales, donde puedan participar activamente desde sus saberes,
inquietudes, afectos y experiencias, siendo reconocidas como aliadas fundamentales en el
acompañamiento de las trayectorias escolares y vitales.
La ESI puede ser una herramienta poderosa para abrir el diálogo sobre afectos, cuidados, vínculos y sexualidades, y también para acercar a las familias a la escuela desde un lugar distinto al de la demanda o el conflicto.

  • Talleres de intercambio con referentes familiares sobre los cambios en la niñez y la
    adolescencia, las distintas formas de crianza, los modos de hablar sobre el cuerpo, los
    vínculos y buenos tratos, el consentimiento, los estereotipos de género, entre otros temas.
  • Espacios de lectura compartida entre estudiantes y referentes familiares, seleccionando
    cuentos y materiales que representen diversas configuraciones familiares.
  • Actividades de narración de historias familiares, donde se visibilicen trayectorias diversas,
    orígenes, migraciones, saberes populares, afectos y memorias.
  • Encuentros de juegos cooperativos y expresivos que trabajen el cuidado, el respeto y la
    comunicación.
  • Muestras o ferias escolares que expongan los trabajos realizados por estudiantes en torno a la ESI, con apertura a las familias como parte activa del proceso.
    Para cerrar, esperamos que esta fecha sea una oportunidad valiosa para que cada institución pueda detenerse a mirar hacia adentro y reflexionar sobre cómo es hoy el vínculo con las familias y cómo nos gustaría que sea, para poder transformarlo. Reconociendo los contextos, las tensiones y los desafíos que atraviesan nuestras comunidades educativas, seguimos sosteniendo que la mejor manera de garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes es en corresponsabilidad y a través del trabajo conjunto entre escuela y familias.
    Sabemos que la escuela cumple un rol fundamental en la formación de ciudadanía y en la garantía de derechos. En este sentido, abrir las puertas al diálogo con las familias es parte de nuestra tarea:
    no para reafirmar jerarquías, sino para construir alianzas. Porque educar es, siempre, una tarea colectiva.
    Revisar el vínculo con las familias desde la mirada de la ESI constituye una apuesta a seguir
    construyendo puentes, promoviendo el diálogo, y fortaleciendo vínculos afectivos y educativos que nos acerquen, nos transformen y nos permitan crecer como comunidad
    Un saludo afectuoso.

Dirección de Educación Sexual Integral
La Plata, 13 de octubre de 2025

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